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Bushi Dojo

Sacrificio

Los estudiantes en Florida estaban discutiendo acerca de cuánto sacrifican por el estudio de este arte y me traspasaron su inquietud. Simplemente respondí: Nada. El sacrificio implica que tienes que dar algo a cambio de otra cosa. ¿Cómo puede uno dar algo cuando el arte te lo da todo? Cuando era más joven, a veces pensaba en las demás “cosas” en que podría invertir mi tiempo, dinero y recursos además del entrenamiento. Cuando eres joven en una cultura occidental, quién no quiere ser popular con las chicas, tener ropas a la moda, comprar un bonito coche y exhibir un reloj de marca? Quién quiere una vida espiritual cuando puedes tener una vida material!!

 

En la superficie, pudiera parecer que entregamos o sacrificamos mucho por nuestro entrenamiento. Yo “sacrifiqué” un trabajo de gran nivel y bien pagado, me separé de mi familia, le di un último beso de despedida a mi amor, y viajé alrededor del mundo para estudiar el arte. Viví en un cuarto del tamaño de un armario, comí pescado sin aderezo y arroz blanco por años, porque no tenía dinero para comprar siquiera una lata extra de salsa, y ni hablar de ropas o lujos! Usé las mismas ropas por años, incluso cuando ya estaban ajadas y no me mantenían abrigado. Mi piso era viejo y el viento soplaba a través de las ventanas y puertas, haciéndolas sonar toda la noche. Dormí en futones viejos encogido frente a una vieja estufa eléctrica que prendía fuego a mi futon de tanto en tanto. Pero era feliz. Feliz de estudiar y seguir este arte y mi corazón. Y me di cuenta que no había sacrificado nada. Lo había ganado todo! Es un honor y privilegio seguir a tu corazón. No se vuelve un sacrificio sino un acto de amor; amar el arte o el camino que sigues y respetar y amar a aquellos con quien compartimos.

 

 

Es importante darnos cuenta de lo que significa “suficiente”. Hay un dicho zen que dice: “Saber simplemente lo que es suficiente”. En esta pintura hay una piedra en un templo zen en Kyoto con la inscripción, “uno debe saber sólo lo suficiente”. Si entiendes esto, conocerás la riqueza, no importando tus circunstancias. Si no entiendes esto, incluso si tú tienes una gran riqueza material y muchas cosas, nunca conocerás la verdadera riqueza o satisfacción. Sengai, el famoso monje zen del siglo XII alude elocuentemente a esta frase en su obra de caligrafía.

 

“No hay mayor riqueza que conocer la satisfacción, no hay mayor felicidad que estar libres de los desastres”.

 

El sacrificio existe sólo cuando nos preocupamos por el otro. Si examinas tus pasos cuidadosamente, te darás cuenta de que ya tienes lo que necesitas y que estás donde se supone que tienes que estar. Nuestro arte es un tesoro. Mientras más le “entregas” más te da a tí. ¿Qué puedes sacrificar cuando se te da más Tesoro del que puedes usar? Por esto es que pienso que Sensei a menudo cambia los caracteres para “Ninpô”- el camino del nin(ja) 忍法 a Nin(pô)- el tesoro del nin忍宝. Si entiendes esto, sentirás el corazón del primero de los Go Jyo, fumetsu no fuse o “entrega eterna”. Todos guardamos un tesoro inmenso por dentro. Ahora, en la Bujinkan, hay ciento cincuenta 15°s Dan y miles de personas en quinto dan o superior alrededor del mundo. Nunca ha habido una mejor época para estudiar este arte y formar buenas comunidades con gente buena. Como Takamatsu Sensei le dijo a mi Sensei, “aprecia tus conexiones”. Algunos podrían decir que son estas conexiones las que crean el universo entero. Cuando tenemos la oportunidad de entrenar con otros, nos vemos a nosotros mismos reflejados en ellos. Ellos nos ayudan a descubrir la guarida de la riqueza dentro de nosotros, y nosotros a ellos. La flor de la Bujinkan está floreciendo en todo el mundo y a través de las edades, trascendiendo todas las barreras y extendiéndose a través del pasado, presente y futuro. El viento marcial lleva el polen por todo el mundo y las abejas están felices porque sus colmenas ¡se llenan de miel! Despliega las velas de tu embarcación y emprende el viaje, el viento marcial de seguro las soplará y te moverá ¡hacia adelante! Magokoro Masare.

 

Paul Masse

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Traducido por Diego Navea, Bujinkan Asturias

 

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